Ciencia política, administración pública y medio ambiente: relaciones interdisciplinares
Eduardo Torres Alonso
En 2013 la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) publicó el informe mundial sobre ciencias sociales al que tituló Cambios Ambientales Globales. Este trabajo integró reflexiones de más de 150 estudiosos de las ciencias sociales de todo el mundo. La tesis que recorre el extenso informe, en sus 600 páginas, es que los individuos tienen que ser el núcleo central de todos los esfuerzos que se realicen para afrontar los problemas planteados por los cambios ambientales y los fenómenos físicos que han puesto de manifiesto las ciencias naturales.
El informe hace un balance de los problemas ambientales que enfrenta la humanidad y evalúa, también, sus posibles consecuencias devastadoras para el bienestar de los seres humanos.
Como la misma UNESCO lo hace explícito, el tema del medio ambiente forma parte de las preocupaciones y agenda de investigación de las ciencias sociales, y de la ciencia política y de la administración pública, en particular.
La relación entre dichas ciencias y el medio debe pensarse considerando al mundo como un sistema de interdependencias y complementariedades que une a la materia inerte con la vida animal y vegetal. El mundo natural y el humano aparecen, de esta manera, inevitablemente unidos e interdependientes. Así, los cambios en el ambiente resultan de la intervención humana en los ecosistemas.
Con todo, la relación entre ambiente y ciencias sociales no es nueva, ya que desde la década de los setenta se ponía de relieve que los problemas del medio ambiente eran manifestación de una crisis civilizatoria. Ahí están tres textos básicos Los límites del crecimiento del Club de Roma, La bomba poblacional de Paul Ehrlich y Proyecto para la sobrevivencia de Edward Goldsmith, todos de 1972. Años después aparecerá el Informe Brundtland. Los tres primeros textos buscan alertar sobre de las consecuencias negativas de tres procesos eminentemente sociales que amenazan al planeta: las tendencias del crecimiento económico, el rápido crecimiento demográfico y la destrucción del mundo natural.
La crisis ambiental aparece, entonces, como símbolo de la crisis de la sociedad industrial, no como momento pasajero sujeto a la planificación.
Quienes han reflexionado acerca de los problemas ambientales, desde el punto de vista de las ciencias sociales, tratan de explicar los mecanismos a través de los cuales determinados aspectos de la realidad adquieren un significado colectivo que los hace surgir en el escenario público. En el caso específico de los problemas ambientales, algunos autores han abierto un campo de investigación vinculado a la construcción cultural y social del medio ambiente. Los problemas no existen per se sino que son resultado de una elaboración.
Pensar las relaciones intrínsecas entre las ciencias sociales y medio ambiente es, a la vez, pensar en las soluciones a graves problemas que ponen en riesgo un futuro compartido.
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