Eduardo Torres Alonso
Un problema no existe como tal si no es percibido y asumido de esa manera; es decir, resulta de una construcción política –subjetiva e interesada– de una comunidad17 y, para su solución, debe ser considerado como un sistema complejo. La propuesta de solución, como decisión deliberada de la autoridad, del Estado, es una política pública. Se está, pues, en el terreno de la administración pública. Al respecto, conviene recordar algunas características de las políticas públicas:
l Estabilidad. La medida en la que las políticas son estables en el tiempo. Pero no se debe confundir estabilidad con rigidez. Contar con políticas estables no significa que las políticas no puedan cambiar en lo absoluto, sino más bien que los ajustes respondan a cambios de las condiciones económicas o a defectos de las políticas, más que a caprichos políticos.
l Adaptabilidad. La medida en la que es posible ajustar las políticas cuando éstas fallan o cuando las circunstancias cambian. Ésta es la otra cara de la moneda de la estabilidad. Las políticas deben ser lo bastante flexibles para responder a las sacudidas o cambiar con los tiempos, pero no tanto que sean susceptibles de manipulaciones políticas.
Coherencia y coordinación. La medida en la que las políticas se corresponden con políticas afines y son producto de medidas bien coordinadas entre los personajes que participan en su diseño y aplicación. En vista de la cantidad de piezas dinámicas que integran el proceso de diseño de políticas y la diversidad de intereses e incentivos presentes, la falta de coordinación puede ser intencional o involuntaria.
La calidad de implementación y ejecución. Más de una política bien concebida ha quedado abandonada en el camino a causa de una aplicación precaria. Cuán bien se aplique y se haga cumplir una política depende mucho de la existencia de una burocracia capaz e independiente
y de un poder judicial poderoso.
Orientación hacia el interés colectivo. La medida en la que las políticas
procuran el interés público. ¿Promueven las políticas el bienestar gen- eral o canalizan beneficios privados hacia individuos, facciones o regiones específicos? Esta dimensión guarda una estrecha relación con la desigualdad, ya que los miembros de la élite tienen la influencia económica y política para modificar decisiones políticas y hacer que los favorezcan, apartándolas del interés general.
Eficiencia. La medida en que las políticas responden a la asignación más productiva de recursos escasos. Esta característica va de la mano con el grado en el que se tiene en cuenta al público, ya que favorecer a sectores específicos en detrimento del interés general constituye por lo general una asignación ineficiente de recursos.
Además, Harold Laswell, considerado el padre de las políticas públicas, desarrolló su propuesta con un perfil trans e interdisciplinario. Como el tema de la degradación ambiental ya es percibido como un problema público, los gobiernos deben ofrecer propuestas de solución y, para ello, debe iniciarse el ciclo de las políticas públicas: 1. Identificación y definición del problema; 2. Formulación de alternativas de solución; 3. Adopción de una alternativa; 4. Implantación de una alternativa seleccionada y 5. Evaluación de los resultados obtenidos.20
Como se ha dicho, un problema es producto de una definición hecha por un colectivo que, a la par, tiene diferentes expectativas sobre su solución y los medios idóneos para ello. Valores, creencias, interpretaciones están presentes.
En dos palabras, contextos y circunstancias inciden en lo anterior. En suma, no hay un problema si éste no se construye.
Un ejemplo ayuda a ilustrar lo anterior. La contaminación y la crisis ambiental son un problema, cierto, pero preocupa en grados y dimensiones diferentes a un grupo social que ha otro. A inicios de 2020, la autoridad gubernamental de la capital de México decidió prohibir el uso de bolsas de plástico en los intercambios comerciales. Esta situación, tan comentada por propios y extraños, no era objeto de discusión hace algún tiempo.
La introducción de las bolsas de este tipo no es de larga data: a partir de la década de los setenta del siglo XX se vio su “invasión”. El empleo de bolsas y del plástico, en general, era visto como normal y hasta “natural” en la cotidianidad. Ayer como hoy, el efecto nocivo de su uso es el mismo: desintegración tardía (entre 150 y 500 años); obstrucción de cañerías, coladeras y alcantarillas, y su degradación genera compuestos altamente tóxicos como los petropolímeros.
¿A qué se debió este cambio? A un proceso de valoración en la manera en que ese objeto –las bolsas de plástico– inciden en los referentes sociales, en este caso, para el mantenimiento de la vida en el planeta. ¿Cómo se originó este giro en la sociedad? A través del éxito comunicacional de los científicos. Sí, a pesar de que sus hallazgos documentaban que el consumo de plástico generaba múltiples problemas, no fue sino hasta una efectiva campaña de comunicación social (de la ciencia), usando imágenes de bolsas nadando en los mares, por ejemplo, que a las personas les preocupó el tema. Alguien podrá no conocer el mar, pero al ver que especies animales consumían plástico se conmovió y empezó a identificar al objeto como algo que debía ser rechazado. No importa la distancia en la que se produjera el problema, el sujeto sentía que ese problema le era muy próximo y debía hacer algo al respecto.
El gobierno de la Ciudad de México, a través de una acción legislativa (una política pública), como lo fue la reforma a la Ley de Residuos Sólidos del Distrito Federal, no solucionó el problema de fondo (la crisis ambiental), pero sí contribuyó en algo. Habrá que ver si el problema identificado era en realidad la crisis ambiental o solamente el uso excesivo de bolsas de plástico.
Pongamos un ejemplo más. La revista Time nombró a Greta Thunberg como la persona del año 2019. Greta inició en 2018 un pequeño movimiento en Estocolmo, Suecia, para que los líderes políticos prestaran mayor atención al cambio climático (o emergencia climática para algunos). El 20 de agosto de ese año, la joven activista uso por vez primera la expresión “Skolstrejk för Klimatet” (huelga escolar por el clima), y pronto generó adhesiones de personas de su edad. A través del uso de las redes sociales digitales (Instagram, Twitter y Facebook) y de la viralización de su charla en el TEDxStockholm, el tema y ella empezaron a “hacer ruido”. Por su capacidad de atracción y por su discurso, la joven ha participado en la COP24 (24a. Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático), celebrada en Polonia, en el Foro Económico Mundial y en la sede de las Naciones Unidas.
Nuevamente: la evidencia científica sobre el aumento de la temperatura global ahí está desde hace tiempo, pero no había una figura pública (tan joven) que difundiera, sin tecnicismos, lo que podría pasar. Al respecto, conviene mencionar que el incremento de la temperatura generará un deshielo acelerado de los polos, incluso de lo que se conoce como los hielos perpetuos, lo que significará el incremento del nivel de los océanos, haciendo que las costas desaparezcan y provocando que las poblaciones ahí asentadas migren hacia zonas más altas. Con la migración interna esperada, “aparecerán” nuevos problemas: necesidad de fuentes labores, más espacio en las escuelas, posible traslado de enfermedades tropicales; en fin, incremento de los circuitos de marginación de las ciudades. Algunos países, como México, consideran al cambio climático como un asunto de seguridad nacional. Esto no es menor porque entonces un tema medioambiental se vuelve uno que se vincula con la preservación misma del Estado.
De los dos ejemplos anteriores se desprende una conclusión: sin socialización no hay problemas públicos.